Tiempo de tejer entre Rancagua y Colchagua
Tiempo de tejer entre Rancagua y Colchagua
En aquella época los balandranes, ponchos, mantas y chamantos tenían fuerte presencia en Rancagua y Colchagua.Sus habitantes no se limitaban a lucirlos y abrigarse con ellos.
Se ocupaban de todo el proceso productivo, incluyendo la cría del ganado ovino, la
esquila, el hilado y el tejido. La literatura especializada ya se ha encargado de demostrar la relevancia central que tenía la ganadería en esta región, particularmente el ovino .
Los telares fueron parte importante del paisaje cotidiano de las haciendas y casas de campesinos de Rancagua y Colchagua durante los siglos XVIII y XIX. Los inventarios de bienes han registrado más de un centenar de telares, distribuidos entre las distintas ciudades, villas y caseríos, desde 1680 hasta el siglo XIX.
La alta demanda de tejidos abrió posibi-
lidades para diversos tipos de trabajos, con lo cual, los telares debían estar adaptados a distintas necesidades.
Los telares de este territorio estaban especializados para diversas tareas. Había telares para ponchos y para mantas; telares para bayeta o para tocuyo. Se usaba en ellos madera de patagua con horcones de
espino; también contaban con quilbo, lanzada y caja de dos o tres peines. Las calidades y precios del telar podían variar entre uno y 7 pesos. En líneas generales, el telar era un instrumento de trabajo de relativamente bajo costo, y estaba al alcance de los sectores populares, tanto mestizos como indígenas.
Los telares se usaban intensivamente en Colchagua y Rancagua. Se insistía mucho en controlar que contaran con todo el equipamiento necesario para realizar las tareas. Las fuentes revelan el cuidado que
ponían las tejedoras para mantenerlos en buenas condiciones.
En los inventarios de bienes, al describir los telares se reiteran expresiones como “completo”, “bien aviado”, “bien aperado”, “con todo aperado”, “con todo su aderezo” o “con todos sus aperos necesarios”.
En muchos hogares campesinos, el telar
ocupaba un lugar central tanto en el cuidado como en la valoración.
Marcela Medina Adán
FENARO
Fotos Artesanas de Doñihue
Estudio realizado por Pablo Lacoste
y Michelle Malén Lacoste Adunka